Consejos para cuidar la piel en invierno

Consejos para cuidar la piel en invierno

El otoño no sólo se caracteriza por sus colores vivos y brillantes, sino también por la llegada del tiempo frío y brumoso. Se acerca la estación más exigente para la piel de la cara y las manos. Los cambios de temperatura entre el viento helado del exterior y la calefacción del interior de los locales y tiendas estresan continuamente tu piel, como si fueran «cambios climáticos» repentinos. Por ello, tu piel se irrita, enrojece y a menudo se reseca y agrieta.

Hoy te damos algunos consejos útiles sobre cómo cuidar tu piel durante la estación fría ¡sin demasiado esfuerzo!

¡Booster de hidratación!

¿Por qué la piel siempre se reseca tanto cuando hace frío? Cuanto más frío hace, más disminuye la hidratación de la piel. Por eso es necesario, sobre todo en esas épocas, prestar más atención al cuidado de la piel. He aquí algunos consejos:

  • utiliza regularmente una mascarilla facial hidratante o un sérum facial nutritivo
  • adapta los productos que utilizas al estado de tu piel: por ejemplo, una piel muy seca necesita una crema hidratante muy rica
  • evita los productos con alto contenido en agua, ya que son más adecuados para los meses más cálidos

Seca a toquecitos en lugar de frotar

Después de ducharte y lavarte la cara, sécate la piel dando golpecitos suaves con una toalla limpia y suave. Te recomendamos que utilices un paño de microfibra para secarte la cara.

Limpieza sí, pero suave

Los limpiadores agresivos pueden irritar aún más la piel seca y sensible, y las consecuencias pueden ser enrojecimiento, ardor y tirantez. Cuando el frío debilita la barrera cutánea, es aconsejable utilizar una loción corporal o una crema facial de limpieza suave y, sobre todo, evitar los tónicos con alcohol o los exfoliantes demasiado agresivos.

El agua tibia es buena para la piel

En otoño e invierno, los baños calientes y las duchas largas son sin duda tentadores, pero el agua demasiado caliente puede ser mala para la piel. La capa protectora natural de grasa de la piel se irrita. En su lugar, puedes intentar lavarte con agua tibia y utilizar geles de ducha suaves adecuados para pieles sensibles.

Aire seco de la calefacción

Sobrelleva mejor los cambios frío-calor provocados por las diferencias de temperatura entre el interior y el exterior. Puedes, por ejemplo, poner toallas húmedas sobre la calefacción o utilizar deshumidificadores especiales que evitan el aire seco y cargado.